El proyecto alcanza a unas 350 hectáreas cultivadas y beneficia directamente a unos 50 productores del sector. La certificación busca garantizar la calidad del espárrago y avanzar hacia un modelo más sustentable y eficiente.
La
Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de San Juan
(UNSJ), en articulación con la Municipalidad de Rawson, la Asociación de
Esparragueros y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de
Pocito, impulsa una iniciativa para que más de 50 productores del Médano de Oro
puedan certificar sus prácticas bajo los estándares de Buenas Prácticas
Agrícolas (BPA). El proyecto contempla instancias de capacitación,
asesoramiento técnico y organización del proceso productivo.
Esta
actividad se enmarca en un proyecto de extensión aprobado en diciembre pasado,
que articula con la Facultad de Ingeniería de la UNSJ, específicamente con la
cátedra que lidera la ingeniera agrónoma Virginia Rizzardi. El proyecto alcanza
a unas 350 hectáreas cultivadas y beneficia directamente a unos 50 productores
del sector.
La directora
del proyecto Virginia Rizzardi expresó: “Estamos trabajando de manera conjunta
con la Municipalidad de Rawson. De hecho, el co-director de este proyecto es el
ingeniero agrónomo Damián Taft, actual director de Producción Agrícola y
Ganadera del municipio. También acompañamos y articulamos con la Asociación de
Esparragueros Unidos de Médano de Oro, con quienes compartimos el objetivo
central del proyecto: que los productores de espárrago puedan implementar y
certificar las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en sus cultivos.
En
este marco, hoy estamos desarrollando una de las cuatro capacitaciones
previstas para este año, en el contexto de un proyecto que tiene una duración
total de dos años. Durante el próximo año continuaremos con nuevas instancias
de formación, así como con visitas a fincas, con el fin de acompañar a los
productores en la mejora y adecuación de sus prácticas a los requisitos
establecidos por la normativa de BPA.
Este
trabajo se realiza de manera interinstitucional, destacando la participación
del INTA como un socio clave en el proceso. Además, las capacitaciones son
abiertas, por lo que no solo participan miembros de la Asociación de
Esparragueros, sino también productores de la Asociación de Chacareros de
Rawson”.
Desde
la Agencia de Extensión INTA Pocito, Patricia Donoso expresó: “Nuestra
principal fortaleza, y lo que ofrecemos a los productores, es la capacitación y
el acompañamiento técnico a lo largo de todo el proceso productivo. En este
proyecto, las capacitaciones han sido desarrolladas por técnicos del INTA,
provenientes tanto del área de investigación como del área de extensión, lo que
constituye uno de los pilares fundamentales de nuestro apoyo a los productores.
Además, venimos trabajando en parcelas demostrativas donde se están ajustando
diversas prácticas de manejo específicas del cultivo del espárrago.
En
esta ocasión, contamos con la valiosa participación del ingeniero Luis
Kulicheski, integrante del equipo de investigación, quien posee una amplia
experiencia en temas relacionados con la fertilización en este cultivo. Durante
su intervención, compartió conocimientos clave sobre los momentos adecuados
para fertilizar, las fuentes más apropiadas y cómo planificar una estrategia de
fertilización que priorice el uso eficiente de los insumos, la obtención de
alimentos saludables y el cuidado de los recursos naturales. El objetivo es
lograr un espárrago de alta calidad, un producto noble que contribuya a la
salud y al desarrollo sustentable”.