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Aquel nuevo medio

A un siglo de la creación de la radio argentina

El 27 de agosto de 1920, la transmisión de la ópera Parsifal iniciaba la radiofonía vernácula, en un contexto de fuertes cambios sociales.

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Entre los siglos XIX y XX la Argentina enfrentó profundos cambios en su estructura social, política y económica. Por caso, el ingreso del país al mercado internacional como productor de cereales y carne, lo que se complementaba con la llegada masiva de inmigrantes y el inicio de la concentración urbana en Buenos Aires y sus alrededores.

En las primeras décadas del Siglo XX se experimentaba una naciente industrialización y procesos de proletarización de una parte de los inmigrantes. La composición de la sociedad cambiaba rápidamente y esto favorecía el éxito masivo de un medio de comunicación como la radio. En ese contexto surgió la radiodifusión en Buenos Aires en 1920. El impulso fue de los jóvenes profesionales Enrique Susini, Luis Romero Carranza, César Guerrico y Miguel Mujica. Fue el 27 de agosto de ese año cuando la primera transmisión, la ópera Parsifal, de Wagner, fue realizada desde el Teatro Coliseo y fue recibida por aproximadamente 50 aparatos receptores en manos de aficionados. El ícono de esa primera transmisión fue Susini, quien un año antes, en Francia, había indagado sobre equipos transmisores utilizados por el ejército francés para comunicaciones durante la Primera Guerra Mundial.

Estos cuatro jóvenes formaron desde ese momento LOR Sociedad Radio Argentina y acordaron con los titulares del Coliseo colocar una pequeña antena en la terraza del teatro. De allí que quedaran para la historia de la radiofonía argentina como “Los locos de la terraza”.

Luego, el 6 de diciembre de 1922, inauguró sus transmisiones, desde el Hotel Plaza, LOX Radio Cultura. A esa radio la Municipalidad porteña, mediante un permiso, la habilitó a tener “anuncios de propaganda estrictamente morales que no podrán exceder el 30% del total del tiempo en que funcionen las instalaciones, salvo el caso de espectáculos radiales, conciertos, etc., en que sólo podrán destinarse a la publicidad, los intervalos y los quince minutos subsiguientes a la función”. Era la primera vez que una normativa contemplaba la publicidad para el nuevo medio. Esta introducción temprana de la publicidad anticipaba la manera en que se financiaría mayoritariamente la radio.

En los años treinta, la cultura inglesa contaba con un gran prestigio en la sociedad argentina. Pero la actividad radial en este país había nacido y se había estructurado como empresa privada, con emisión centralizada en Buenos Aires y financiada mediante la publicidad, reconfiguración que reproducía la experiencia estadounidense. En la primera parte de los años treinta, la industrialización amplió el mercado publicitario, con lo que el modelo inglés basado en una entidad nacional de carácter público sin publicidad, cedió ante la variante estadounidense.

Fuente: “Mucho ruido, pocas leyes”, de Guillermo Mastrini (editor)

Imagen de portada: telam.com.ar