El disertante fue Luciano Beccaría, de la Defensoría del Público, órgano creado por la Ley de Servicios de Comunicación audiovisual.
Organizada por la Secretaría de Comunicación de la Universidad Nacional de San Juan, el Edificio Central de esta casa de estudios fue escenario de la charla “Guía para la cobertura periodística responsable de desastres y catástrofes”, que estuvo a cargo de Luciano Beccaria, quien trabaja en el área de Análisis, Investigación, y Monitoreo de la Defensoría del Público, órgano creado por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en su Artículo 19, para la protección de los derechos ciudadanos frente a los medios de comunicación. La charla estuvo destinada a periodistas en actividad y a estudiantes de comunicación, quienes se mostraron atentos a las propuestas esgrimidas por Beccaria, las cuales surgieron luego de un estudio realizado por ese organismo público sobre las coberturas periodísticas de las inundaciones ocurridas en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires en abril de 2013. La actividad dio inicio con las palabras de bienvenida de la vicerrectora de la UNSJ, Mónica Coca; de la secretaria de Comunicación de esta universidad, Mariela Miranda, y de la directora de Prensa Institucional, Susana Roldán.
Luciano Beccaria comenzó diciendo que la Defensoría del Público tiene como funciones recibir y canalizar demandas y consultas de las audiencias de radio y televisión, que pueden ser en cuestiones vinculadas con problemas técnicos y de alcances de las transmisiones en diferentes áreas. En otra dimensión de la defensa, dijo, se encuentran los pisos de igualdades, que tienen que ver con las representaciones que circulan por los servicios de comunicación audiovisual. Esto alude a discursos lesivos y discriminadores con respecto a determinados grupos sociales o grupos vulnerables, y a los derechos de terceros vulnerados por publicidades, entre otros temas a atender.
El disertante dijo que en el relevamiento a lo largo de una semana que la Defensoría de Público llevó adelante sobre las coberturas realizadas por los cinco canales de aire de Capital Federal en las inundaciones de 2013, encontraron disfunciones tales como la recurrencia a la dramatización, al realce de los aspectos emotivos y la publicidad de datos de la vida privada de las víctimas del temporal, en lugar de priorizar informaciones socialmente necesarias y relevantes en casos como esos, como la referida a ayudas, lugares de asistencia médica, etcétera.
Tres instancias
En cuanto a la guía para la cobertura periodística responsable de desastres y catástrofes, Becaria dividió temporalmente en tres etapas la tarea de la producción y cobertura de los hechos: “antes”, “durante” y “después” de ocurrido el desastre. El “antes”, tiene que ver con la información preventiva, y lo recomendado es establecer una agenda de agencias gubernamentales y no gubernamentales dedicadas a la gestión en desastres. Evitar construir esta agenda durante una catástrofe, porque sería mucho más dificultoso. En el “durante” hizo alusión entre otros puntos al rol social del/a comunicador/a, esto es, centrar la cobertura en brindar información que coopere en la orientación de la población para que pueda participar de un modo activo y responsable de las acciones de evacuación y rescate. Y respecto al “después”, Beccaria se refirió a la asistencia integral del/a comunicador/a tras la cobertura, la evaluación del proceso de comunicación desarrollado y el seguimiento periodístico de las actividades de reconstrucción.
El documento completo de esta guía está disponible en:
http://www.defensadelpublico.gob.ar/sites/default/files/guiacatastrofes_0.pdf
Audiencia Pública
Temas como discriminación según clases sociales, estigmatización de la adolescencia y el efecto nocivo de alguna publicidad que usa a los jóvenes como target fueron los elegidos por los más de 200 chicos y chicas de San Juan, Mendoza y San Luis que participaron de la Audiencia Pública convocada por la Defensoría del Público en San Juan.
Pese al intenso calor, los jóvenes mostraron su entusiasmo y se animaron a exponer sobre lo que valoran y lo que no les gusta de los discursos de los medios de comunicación. A través de dramatizaciones, humor y discursos de distinto tono, abogaron por un mayor protagonismo en la radio y la televisión y por cambiar la imagen negativa que los medios difunden sobre la juventud. Se manifestaron expresamente en contra de discursos que estigmatizan a la adolescencia y que equiparan juventud con delincuencia o droga, como así también contra el uso de la imagen de la mujer como objeto sexual.
Con soltura y responsabilidad, los chicos y chicas de Cuyo demostraron que están informados sobre cómo los medios ven a la juventud de hoy y se comprometieron a seguir haciendo valer sus derechos como público.