La institución canadiense sin fines de lucro, Fundación Lundin, en conjunto con el proyecto Vicunha y la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan firmaron el acta complementaria de la tercera edición de “Ingeniería Verde”, un concurso para financiar y concretar tesis y estudios.
La Fundación
Lundin, creada por Lukas Lundin en el año 2006, es una organización sin fines
de lucro que busca generar beneficios duraderos para las comunidades afectadas
por la explotación de recursos.
El creador de esta institución tuvo
la singular experiencia de viajar por África en motocicleta el mismo año de
fundación, y se sumergió en los desafíos cotidianos que enfrentaban las
personas para alcanzar la estabilidad económica y la independencia. A partir de esta premisa crece esta
plataforma de desarrollo sostenible.
Ingeniería Verde surge entonces, con el objetivo de motivar
a la materialización de iniciativas de sostenibilidad ambiental, tecnológica y
de innovación, siendo partícipes de una transformación positiva de lo que los
rodea.
Un ejemplo de
esto, es una de las ideas ganadoras de la edición pasada, “San Juan Fungi 4.0”.
Constanza Millán y Laura Rodríguez, son las profesionales detrás de la propuesta centrada en utilizar
residuos agroindustriales de San Juan, como el orujo y el alperujo, para
cultivar hongos comestibles. Crean empleos, generan una nueva línea de
alimentos de gran valor nutricional y disminuyen la contaminación causada por
la agroindustria.
Estuvieron en la firma, el rector de la Universidad Nacional
de San Juan (UNSJ), Tadeo Berenguer; la vicedecana de la Facultad de Ingeniería
(FI), Andrea Díaz; el secretario de extensión universitaria de la FI, Orlando
Boiteux; el coordinador de programas de fundación Lundin en Argentina, Emiliano
Pérez y la representante de relaciones institucionales de la empresa Vicunha, Laura
Laborde.
“Si bien se llama
Ingeniería Verde, transversaliza a todas las disciplinas que abordan la
sustentabilidad, poniendo en un contacto intenso el equipo de trabajo compuesto
de estudiantes y profesionales, con la comunidad”, dijo Berenguer.
La convocatoria a
partir de la segunda edición se amplió para quienes se graduaron de la
universidad, incentivando el rol de hogar que brinda la Casa de altos estudios
con sus estudiantes antes, durante y después de su carrera.
Díaz expresó:
“Estas convocatorias visibilizan que la ingeniería es para todos y para todas,
repercutiendo en la decisión de las jóvenes, quienes piensan que estos lugares
están masculinizados. Generando una mayor cantidad de vocación temprana en las
infancias. Además, estas actividades jerarquizan la profesión, fortaleciendo la
relación con los colegios”.