El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) dio a conocer en un comunicado la crítica situación del sistema científico argentino.
El sistema científico argentino se encuentra sumido en la peor crisis de su historia, debido a la falta de políticas para su desarrollo. Así lo refleja un comunicado que dio a conocer el CIN y que lleva por título SIN RESPUESTA NI PLAN PARA LA CIENCIA DEL PAÍS.
Esta situación afecta de manera puntual a las universidades públicas, ya que según explica el secretario de Ciencia y Técnica de la UNSJ, Dr. Eric Laciar, "el comunicado del CIN refleja la triste realidad en la que se encuentra el sistema científico tecnológico en nuestro país. Hoy la Argentina destina solo el 0,21% de su PBI a la función de I+D. La mayoría de los países desarrollados y en vías de desarrollo destinan más de 2% de su PBI y algunos incluso llegan al 6% de su PBI. El siguiente gráfico muestra la inversión en I+D+i en Argentina desde el 2002 al 2024. (ver gráfico).
El comunicado del CIN expresa:
Sin respuesta ni plan para la ciencia del país
El Comité Ejecutivo del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) alerta con gran preocupación
sobre la grave situación del sistema científico del país.
Manifestamos nuestra profunda preocupación por la parálisis casi total de todos los
programas de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología y la ausencia de una política
para la ciencia, la innovación y el desarrollo del país.
En Argentina, más del 70 % de la producción científica se origina en el sistema universitario
nacional y la totalidad de la formación doctoral de nuestros profesionales está a cargo de
nuestras instituciones, que además contribuyen a financiar la mayoría de sus trabajos de
investigación. Esta realidad posiciona a las universidades no solo como espacios de
enseñanza, sino como motores fundamentales de la innovación, el desarrollo tecnológico y el
avance del conocimiento. Sin embargo, el desfinanciamiento de la ciencia amenaza
gravemente estas funciones, atentando contra el progreso de la Nación.
• Se cancelaron los contratos con todas las grandes editoriales del mundo.¹
• Se suspendieron casi la totalidad de las actividades vinculadas con el programa Raíces,
establecido como política de estado por la Ley N° 26.421.²
• Se desfinanciaron, prácticamente, todos los programas de colaboración internacional y
multilaterales de cooperación científico-tecnológica.
• Se eliminaron de hecho los sistemas nacionales de grandes equipamientos científicos.³
• La Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la
Innovación (ANPCyT) sigue incumpliendo con los contratos vinculados con los proyectos
PICT, no realizó nuevas convocatorias y no financió convocatorias ya evaluadas y aprobadas.
• Hay parálisis del Consejo Interinstitucional de Ciencia y Tecnología (CICYT) creado por la
Ley N° 25.467.⁴
• Se interrumpieron los programas Construir Ciencia y Equipar Ciencia.⁵
• Es imposible gestionar los certificados ROECyT.⁶
La crisis del sistema científico es grave y profunda. La falta de recursos para la investigación no
solo limita la capacidad de las universidades para generar avances científicos, sino que,
también, debilita la formación profesional. Laboratorios desactualizados, menos becas para
jóvenes investigadoras e investigadores y la fuga de talentos son algunas de las consecuencias
inmediatas de este recorte en el financiamiento. A largo plazo, esto repercute en la capacidad
del país para competir internacionalmente, desarrollar tecnología propia y responder a
desaos globales con soluciones innovadoras.
La investigación científica no es un lujo ni un gasto prescindible: es una inversión estratégica
para el desarrollo de la sociedad. Pero el desfinanciamiento de la ciencia no solo afecta a
investigadores y docentes, sino que tiene consecuencias directas en la economía y el bienestar
social. Países que han invertido en educación e investigación han logrado un crecimiento
sostenido, convirtiéndose en referentes en múltiples áreas del conocimiento. Recortar el apoyo
a la ciencia es condenar a la nación a la dependencia tecnológica y a la pérdida de talento
humano.⁷
Lejos de impulsar un plan estratégico para el desarrollo del país, la gestión actual parece
enfocada en desacreditar el trabajo de personas científicas y académicas a través de
campañas mediáticas, ignorando el impacto directo que esto tiene en la formación
profesional, la fuga de cerebros, la innovación tecnológica y el crecimiento económico.
Exigimos que se restablezca el diálogo con el sistema universitario y que se defina un plan
integral que garantice el financiamiento, la estabilidad y la continuidad de la producción
científica en el país. Argentina tiene el talento y la capacidad para liderar en múltiples áreas
del conocimiento, pero sin una política científica con visión de futuro, esas oportunidades se
pierden.
Comité Ejecutivo
Consejo Interuniversitario Nacional (CIN)
Buenos Aires, 6 de mayo de 2025