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LO HABÍA ANUNCIADO REVISTA LA UNIVERSIDAD

La vida después de Ischigualasto

Fósiles en Marayes señalan existencia de animales posterior a los del “Valle de la Luna”. La localidad caucetera cobra así relevancia.

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“La antigüedad de los restos hallados en Marayes es de un rango que va de 200 a 210 millones de años. Respecto de los fósiles de Ischigualasto, estos encontrados en la localidad caucetera son más jóvenes, de aproximadamente unos 15 o 20 millones de años más nuevos que los de Ischigualasto”, explica Ricardo Martínez, jefe de Paleontología de Vertebrados del Instituto y Museo de Ciencias Naturales (IMCN). Y añade: “Esto es lo interesante de estos yacimientos de Marayes: nos muestran qué es lo que fue pasando después de Ischigualasto. Estos fósiles llenan un vacío, son una pieza de un rompecabezas que no la conocíamos”. Interpretación de lo hallado En junio pasado, Revista La Universidad había publicado un texto sobre los descubrimientos realizados en la localidad de Marayes (http://www.revista.unsj.edu.ar/?p=811). Ese distrito caucetero representa hoy un gran potencial para la ciencia. A partir de los hallazgos de investigadores de la UNSJ, se convirtió en un área de notable riqueza paleontológica. Los hechos que hoy son noticia se fueron sucediendo de la siguiente manera: En 2012, un equipo de investigadores del IMCN recorrió una zona de Marayes, en busca de fósiles, oportunidad en que hallaron una acumulación de huesos pequeños. Dos años más tarde, en mayo pasado, los investigadores encontraron en otra área de esa misma localidad un yacimiento repleto de fósiles de todo tipo, entre ellos, restos de pterosaurios, es decir, de reptiles voladores del período Triásico. Luego de esa campaña, la Dra. Carina Colombi, integrante de ese instituto y jefa del área de Geología, dirigió un trabajo interpretativo de aquellos primeros restos hallados en 2012. “Lo que suponemos es que muchos de esos fósiles son de restos defecados de animales carnívoros grandes que se comieron a otros más pequeños. Se trata de una fauna muy diversa”, explica Ricardo Martínez. El posible depredador De acuerdo a lo explicado por el paleontólogo, la acumulación secundaria encontrada en aquella primera campaña en 2012, muestra huesos todos rotos y con marcas de mordidas de otros animales. Son pequeños huesos dentro de las heces de animales más grandes. Ricardo Martínez estima que muy posiblemente los animales que dejaron esas heces pertenecen a la fauna encontrada en mayo pasado. “Entre esas especies hay un terópodo, que es un dinosaurio depredador, de tamaño más bien pequeño, pero que era muy ágil y entonces probablemente se haya comido a otros más pequeños”, dice Martínez. Los investigadores del IMCN actualmente se hallan en una etapa de limpieza y preparación de los restos rescatados de Marayes. En esa empresa colaboran incluso estudiantes de la UNSJ.