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  • Información publicada por: Marcela Ormeño
  • Fecha 01/10/2025
Con entrada libre y gratuita

La Orquesta Sinfónica tocará este viernes “Un Réquiem Alemán” de Brahms

Será en el Auditorio Juan Victoria a partir de las 21.30.

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El Centro de Creación Artística Orquestal de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes (FFHA) de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) presenta otra función de la Orquesta Sinfónica de San Juan el viernes 3 de octubre a las 21.30 en el Auditorio “Juan Victoria” con entrada libre y gratuita.

En la ocasión se presentará la obra “Un Réquiem Alemán” (Ein deutsches Requiem, op. 45) de Johannes Brahms. Harán su interpretación como solistas María Milagros García Nacíf, Soprano y Fernando Lazarí, Barítono. Participarán también el Coro Universitario de la FFHA de la UNSJ, junto a coreutas invitados del Coro Universitario de Mendoza, bajo la dirección general de Wolfgang Wengenroth.

Un Réquiem alemán, op. 45 (Un Réquiem Alemán) de Johannes Brahms (1833–1897)

Johannes Brahms comenzó a esbozar ideas para un gran réquiem ya en la década de 1850, pero fue entre 1865 y 1868 -tras la muerte de su madre y el recuerdo aún reciente de su amigo Robert Schumann- cuando cristalizó su obra más monumental. El título, Ein deutsches Requiem, no se refiere únicamente al idioma alemán, sino a una visión profundamente personal: Brahms no escribe una misa de difuntos católica, sino una meditación luterana y universal sobre el destino humano y el consuelo de los vivos.

A diferencia del tradicional Requiem latino, aquí no hay Juicio Final ni súplica por la salvación de las almas. Brahms seleccionó él mismo los textos de la Biblia de Lutero, elaborando una especie de oratorio sinfónico cuyo objetivo declarado era “trösten - den Menschen Trost Bringen” (“consolar - llevar consuelo a las personas”). El estreno parcial (seis movimientos) tuvo lugar en 1867 en Bremen; la versión definitiva, con siete movimientos, se escuchó por primera vez en Leipzig en 1869 y se convirtió en Brahms, entonces de 35 años, en una figura central de la música europea.

La partitura es para gran orquesta, coro mixto y dos solistas (soprano y barítono), pero Brahms evita toda grandilocuencia teatral: su lenguaje orquestal es rico y cálido, con claras reminiscencias de Bach y Händel en la escritura coral y en el uso de la fuga, pero con armonías y colores propios del Romanticismo.

Una meditación de consuelo universal.

El Réquiem Alemán se aparta del dramatismo apocalíptico de otros réquiems -como el de Verdi- y propone en cambio un camino de serenidad y esperanza. La estructura en siete movimientos forma un arco: comienza y termina en fa mayor con la palabra Selig (Bienaventurados), símbolo de consuelo.

La orquesta -sin violines en el primer movimiento, detalle que aporta un color oscuro- dialoga con el coro en una paleta de luces y sombras que recuerda a Bach en su solidez contrapuntística, pero con la calidez armónica de un romántico.

Brahms logra así una síntesis entre la tradición protestante alemana y un humanismo que trasciende credos. Su mensaje no es dogmático: la vida es fugaz, pero el amor y las buenas obras perduran, y en esa certeza los vivos pueden encontrar la paz.

Por su fuerza espiritual y su profunda humanidad, el Ein deutsches Requiem sigue conmoviendo a creyentes y no creyentes como una de las oraciones musicales más sublimes de todos los tiempos.



 

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  • Información publicada por: Marcela Ormeño
  • Fecha 01/10/2025

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