Lo dijo el autor de “El ángel gris”, en un acto atravesado por el humor y el pensamiento en el Edificio Central de la UNSJ.
“Imaginemos, por puro gusto, un certamen, un concurso o una premiación con consignas y reglas desconocidas. Nadie sabe cuáles son las reglas. Tampoco se sabe cuál es el premio, y no se conocen los méritos que hay que acreditar para lograrlo. No hay ceremonia de entrega y, a decir verdad, nadie se entera de quién ha ganado (risas de Dolina y del público). Acaso ni siquiera el ganador conoce su turno. Bueno, así es como procede el destino para entregar sus premios. El señor Darwin podría decir que en verdad la naturaleza tiene un sistema de recompensa que se otorga siempre al más apto. Pero bueno, los esfuerzos de la organización humana se dirigen a controlar la naturaleza y ponerle un sistema de premios con contenidos éticos y altruistas. La naturaleza no siempre es justa, entonces el ser humano trata de modificarla. Aquí, la Universidad Nacional de San Juan ha creído necesaria una conducta que modifique los designios naturales. Claro, resultaba muy poco probable que un diploma de ese tamaño me cayera en la cabeza súbitamente (risas), por razones naturales. Entonces, con toda astucia, este comité amañó los sucesos para que se me entregara ese premio, y yo estoy agradecido por la intervención humana, sin la cual jamás hubiera tenido esta distinción” (risas y aplausos del público). Así, con su característico humor sarcástico, iniciaba su discurso el artista Alejandro Dolina, la intervención más esperada por el público presente en el Edificio Central de la UNSJ, en la oportunidad en que esta casa de estudios le hiciera entrega del Doctorado Honoris Causa. En la ceremonia se encontraban presentes el rector de la UNSJ, Oscar Nasisi; la vicerrectora, Mónica Coca; autoridades de Rectorado y de las cinco Facultades que conforman esta Universidad, además de docentes, alumnos y público general, todos visiblemente emocionados ante la presencia de Alejandro Dolina. Cabe destacar que al acto también asistieron el gobernador de la Provincia, José Luis Gioja; el vicegobernador, Sergio Uñac; el intendente de Rawson, Juan Carlos Gioja, y legisladores provinciales y nacionales. Previamente a la entrega de la distinción, ingresaron las Banderas de Ceremonia de las cinco Facultades y de los tres Institutos Preuniversitarios de la UNSJ, para que luego toda la concurrencia entonara el Himno Nacional Argentino. La máxima distinción que otorga la Universidad Nacional de San Juan fue entregada a Alejandro Dolina por iniciativa del Instituto de Filosofía de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes (FFHA) de la UNSJ, por reconocer en su figura una personalidad destacada en el ámbito de la cultura nacional. Fue el rector Nasisi quien entregó el Diploma de Doctorado Honoris Causa al autor de “Lo que me costó el amor de Laura”, en tanto que la vicerrectora Mónica Coca le confirió una medalla dorada y un libro de Domingo F. Sarmiento. Asimismo, Dolina recibió un presente de parte de estudiantes de la Agrupación Principios. “Que traigan al candidato” El rector Nasisi estuvo a tono con la circunstancia y las singulares características artísticas del distinguido. Por ello, comenzó así su discurso: “De todos los actos académicos que las universidades realizan a lo largo de su vida, este es uno de los más solemnes. El ceremonial es sumamente protocolar e, incluso, algún tiempo atrás consistía en un ritual bastante curioso. Si lo lleváramos a cabo ahora, yo debería tener un cetro con el que daría tres golpes en el suelo y pediría en latín que traigan al candidato. Usted, señor Alejandro Dolina, ingresaría entonces acompañado por su padrino, que haría la petición de Doctorado a través de un largo y pormenorizado elogio de su persona, mientras suenan las chirimías. Luego de eso, yo le colocaría un birrete con borlas colgando, seguido de las siguientes palabras: ‘Recibe el birrete con borlas para que con él sobresalgas en dignidad y, como en el yelmo de Minerva, estés protegido para la lucha’. Y luego, entregándole un anillo, que es el símbolo de la sabiduría como perpetua esposa, y el libro de los secretos, lo invitaría, señor Alejandro Dolina, a sentarse en la silla de los sabios, para que desde allí gobierne, juzgue y preste sus servicios a toda la universidad. Afortunadamente no vamos a hacer nada de esto (risas generales y aplausos), en realidad porque no tenemos cetros, ni birretes con borlas colgando y, por mucho que buscamos, no encontramos a nadie que sepa tocar la chirimía. Además, supongo que usted ha venido sin padrino alguno para que haga un elogio de su persona. En cambio, podemos hacer algo más sencillo, pero mucho más sincero: decirle lo orgulloso que estoy como rector de esta casa y en representación de toda la comunidad universitaria, de entregarle el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de San Juan. Se trata de un reconocimiento a un ciudadano y compatriota, artista, escritor y comunicador social a través de la radiofonía, la música, la televisión, la literatura periodística y de ficción en el ámbito popular, cuyo aporte es tan valioso como innegable”. “El consuelo de ser objeto de estudio” Otro de los momentos emotivos del acto tuvo lugar cuando la licenciada en Letras Dana Botti, egresada de la FFHA de la UNSJ con una tesis sobre la obra de Alejandro Dolina, ofreció un discurso en el cual abundaban conocimientos sobre el artista y sus realizaciones. Al finalizar su intervención, Botti le regaló una copia de su trabajo al conductor del programa radial “La venganza será terrible”. La tesis de Botti, de alguna alguna manera, funcionó como disparador para otra humorada genial de Dolina en su discurso: “Se ha dicho recién, y me ha dicho la vicerrectora, que en algunos foros universitarios soy objeto de estudio. Es un consuelo para alguien que ha fracasado como sujeto de estudio” (risas generales). Agradecimiento En la última parte de sus palabras, Alejandro Dolina manifestó: “Quiero informar confidencialmente que me han dicho que hay en el seno de la universidad algunos funcionarios que se oponen a la entrega de todo premio. Consideran estas personas que la igualdad es un valor que debe ser preservado en todo momento, y que cualquier privilegio otorgado bajo la forma de una gracia genera en la población un justificado resentimiento (risas). Bueno, todos merecemos ser Doctores Honoris Causa de alguna universidad. Sin embargo, algunos han respondido que un premio tiene sentido no tanto por la persona que lo recibe sino por las muchedumbres que no son premiadas (risas). ¡Vamos, es la idea fundadora de la Lotería Nacional!, si todos los billetes fueran premiados, no tendría mucha gracia sacarse la grande” (risas y aplausos). Finalmente, Dolina se mostró emocionado y agradecido: “Yo aprovecho a decir hoy que mi fiesta de cada día es también la que comparto con casi todos los que estamos aquí, que me dejan trabajar de lo que trabajo, y que me dejan compartir lo que pomposamente podríamos llamar pensamiento. Ese acompañarme en las solitarias tribulaciones de un artista, ese reconocimiento que consiste en tomar lo que uno ha escrito, leerlo y acaso emocionarse, ese, ese es el premio que termino de agradecer” (aplausos efusivos). Texto: Fabián Rojas Fotos: Mónica Castro Ver fotos: