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El sector agrícola semillero se reunió con especialistas de la UNSJ

Buscan elevar proyectos para establecer políticas públicas que favorezcan a esa producción agraria.

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El Programa de Investigación y Extensión en Desarrollo Territorial y Economía Social (PROINDES) de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO) de la UNSJ tiene un convenio con la Fundación Banco Credicoop, con el que desarrollan el Programa “Inclusión financiera para una agricultura climáticamente inteligente”. En este marco los responsables del PROINDES se reunieron con actores del sector de producción semillera en San Juan para realizar un diagnóstico del área y evaluar la posibilidad de elevar propuestas que se conviertan en políticas públicas. La reunión fue en el Instituto de Investigaciones Socio Económicas de la FACSO, Instituto creador del PROINDES.

“Este encuentro buscó integrar el sector público y el privado. Incluso está FECOAGRO y el INTA, más representantes del Estado provincial, como el caso del Ministerio de la Producción. Queremos que de acá salga una serie de propuestas que tomen forma de políticas públicas para ese sector”, dijo Estela Narváez, coordinadora del PROINDES. “No ha habido una acción concertada entre los distintos actores que tienen que ver con el sector. Entonces la idea es ponernos de acuerdo para elevar propuestas a las autoridades que puedan afectar positivamente no sólo a las cooperativas agrupadas en FECOAGRO sino también a productores privados que se dedican al tema semilla”, añadió Javier Marsiglia, también coordinador de PROINDES.

Uno de los temas a tratar lo reflejó Franco Pugliese, de la Asociación Sanjuanina de Productores de Semillas (ASPROSEM). Señaló que “las semillas de hortalizas, sobre todo, deben ser fiscalizadas. En San Juan y en Argentina casi ninguna es fiscalizada. En la Asociación vamos a empezar a fiscalizar sobre todo las semillas de cebolla. Fiscalizarla significa que hay que armar un protocolo con cada variedad; cada variedad tiene características especiales, y esas características hay que mantenerlas. Alguien tiene que mantener esa variedad en el tiempo, sea un productor, ASPROSEM o el INTA. En Argentina hay un tránsito ilegal de semillas, lo que hace que baje bastante la productividad, y es necesaria la fiscalización”.