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Democracia en jaque

Lo de Bolivia “fue un acto golpista”

El especialista Oscar Riveros analizó la situación del Estado Plurinacional Boliviano, que desde ayer ya no tiene a Evo Morales como presidente.

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Ante la pregunta sobre si lo ocurrido ayer en Bolivia -la renuncia a la presidencia de ese país por parte de Evo Morales- significa un golpe de Estado, el politólogo de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNSJ, Oscar Riveros, fue tajante: “Sí, porque es el producto de una fuerza externa que condiciona la voluntad de los gobernantes. Se trata de una renuncia, pero es una renuncia forzada en un contexto de coerción de parte de actores políticos y sociales poderosos de Bolivia, y de un explícito comunicado del Comando Superior de las Fuerzas Armadas bolivianas que aconsejaron la renuncia del Presidente. O sea, cuando las fuerzas armadas intervienen coercionando la voluntad del gobernante, ya por ese solo hecho se constituye en un acto golpista, de la misma manera que ocurrió en Argentina cuando los Carapintadas tomaron determinados cuarteles militares y establecieron una asonada con una declaración explícita contraria a la legislación vigente”.

Respecto de eventuales fuerzas exógenas al país que hubieran actuado en Bolivia para producir la renuncia de su Presidente, Riveros afirmó que en Latinoamérica, “por tratarse de países subdesarrollados, con un alto grado de dependencia económica internacional, y por una tradición política de las elites gobernantes de dependencia de las políticas globales del Departamento de Estado de los Estados Unidos, probablemente esté detrás de todo esto la geopolítica norteamericana y esté influyendo directa o indirectamente, así como lo que ocurrió en Venezuela, en Nicaragua, en Ecuador o en Brasil”.

Molestias

Oscar Riveros dijo que el poder mundial quiere imponer una determinada modalidad de vida. “Esa modalidad de vida implica una forma de organización social, económica, política e institucional. Cuando los países no se encuadran en esas estrategias de los grandes Estados dominantes, empiezan a sufrir una serie de restricciones, sea de inversiones, de financiamiento, de apoyo político. Y apoyan a los grupos adversarios a los gobiernos de turno; en este caso, a cualquier grupo que tenga algún grado de consentimiento interno. Y los proveen de recursos, los entrenan discursivamente o militarmente, como es el caso de los países del Medio Oriente. Por eso es que normalmente lo que vemos como hechos espontáneos, no lo son tanto, sino que hay una acción deliberada de algún actor internacional”, se explayó.

Lo que podría venir

El especialista dijo que supuestamente ahora en Bolivia el gobierno interino que asuma llamará a elecciones. “En ese caso volvería a presentarse el Movimiento al Socialismo, que representa el liderazgo de Evo Morales, y éste debería poder presentarse como candidato. Es probable que esto ocurra, pero distorsionadamente. Como por ejemplo que en el medio se impute a Morales de inhabilitaciones electorales, como en Brasil con Lula, bajo algún pretexto de corrupción o algo así, y se le impida su presentación como candidato. Podría también ocurrir que haya una dictadura, directamente, bajo el pretexto de imponer orden y paz, y luego se elabore una estrategia de salida electoral con partidos que estén dentro del consenso del sistema”.