Esta actividad que fue organizada desde el Programa Universitario de Asuntos Indígenas, forma parte del calendario anual de trabajo. La charla tuvo como objetivo hacer un recorrido desde Méjico hasta Argentina respecto de las celebraciones del día de los muertos. Los encargados de las disertaciones fueron la Licenciada Olga Rodríguez y el alumno avanzado de la Carrera de Historia, Enrique Rodríguez. “Es importante visibilizar estas prácticas que aun mantienen vivas nuestros pueblos originarios, ya que es una forma de resaltar el legado cultural que persiste en nuestro territorio”, expresó Olga Rodríguez. Por otra parte, el lugar en el que se realizó la charla fue decorado con los elementos de los altares, en los que se entierran a los difuntos. Los altares tienen 3 niveles, el de abajo es decorado con Cempasúchil, que son flores amarillas. Se las utiliza porque se considera que atraen y guían a las almas para llegar con sus familiares. El piso intermedio representa lo terrenal, es decir aquellas cosas de las que disfrutaba el muerto. Por lo tanto, aquí se colocan bebidas, juguetes, dulces, sal, agua, panes y todo lo que haya sido importante para el difunto. Además, en el medio se coloca a Katrina con su Katrino, que es la dama y el caballero de la muerte. Este símbolo es la representación alegre de la muerte y surge en Méjico. El último nivel, el más alto, es el cielo y está representado por globos de color negro o violeta. Las calaveras y las velas también forman parte de la decoración. Desde Méjico hasta la provincia de Catamarca, en Argentina, se vive este día como una verdadera fiesta. Ellos consideran que es importante celebrar la vida desde la muerte. Al llegar los españoles a América, los obligaron a dejar de lado estas prácticas porque les daba miedo por lo tanto, tuvieron que modificarla pero nunca dejaron de hacerla. De hecho, es una forma de repudiar el festejo de Hallowen tan instalado en América Latina. Además, se hizo un recorrido respecto de las formas que adoptan las celebraciones en estos países, que se diferencia solamente en cuanto a la forma de nombrarla, ya que los elementos y la mirada sobre este día son compartidos por todos.