No sólo en pandemia sino en todo contexto las noticias falsas son nocivas para el cuerpo social. Aquí, algunas recomendaciones para atenuar su circulación.
Las noticias falsas (o fake news, en inglés) son parte de la narrativa de las redes sociales. O sea, son parte de la naturaleza de ellas. Hoy, con la proliferación de la digitalización, la sociedad, los usuarios y usuarias de las redes, de Internet, de los medios de comunicación en la Web, los consumidores y consumidoras están ante un universo de superinformación. Hay radio, hay TV, hay webs, hay redes sociales. Hay velocidad, hay scroleo (hacer correr la pantallita del celular para ver las diferentes informaciones mirando generalmente sólo los titulares o información fragmentada y mezclada con otros tipos de contenidos). Generalmente, hay confianza en lo que se lee en el muro de otro u otra usuaria, y se comparte. Pero muchas veces es mejor desconfiar. La “infodemia” (sobreabundancia de información, rigurosa y no rigurosa), no llegó con el Coronavirus sino muchísimo antes (aún con el mismo periodismo en el Siglo XIX y hoy se potenció con las redes sociales) y puede causar grandes daños en lo colectivo y en lo individual.
Leonardo Murolo, doctor en Comunicación por la Universidad Nacional de La Plata y director de la Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Quilmes, entrevistado por Prensa de la UNSJ, sostuvo que es una “responsabilidad para los comunicadores tener que filtrar o mediar la proliferación de información y desinformación en las redes, aunque también a esta altura del Siglo XXI es una responsabilidad de las audiencias poder contrastar de algún modo esas informaciones con otras, es decir, si ya salieron en otro lugar, revisar las fotografías, las fechas y demás para no repetir o compartir información que no le conste que es verdadera. Es una responsabilidad compartida entre comunicadores y audiencias de los medios digitales”. En otras palabras, es un trabajo de todos y todas no compartir información falsa.
Caja de herramientas
Algunas recomendaciones a seguir para detectar noticias falsas y no compartirlas, pueden ser:
-Dudar de los títulos. Los títulos muy rimbombantes, que parecen primicias y que antes no se habían escuchado o leído, y no está en ningún otro lugar, pueden llevar a información falsa.
-Mirar con atención la dirección URL de la información. A algunos medios le pueden haber sacado una letra de su dirección y, sin embargo, el enlace lleva a otra web que trabaja con noticias falsas.
-Investigar las fuentes de la noticia. Ver quién dice esa información.
-Verificar si el formato de la información es poco común y no responde al de medios periodísticos.
-Prestar atención a las fotos (por ejemplo, una persona llorando puede indicar tristeza, pero también felicidad, y la noticia falsa puede decir que llora de sufrimiento)
-Comprobar las fechas. Muchas veces se ponen en circulación noticias que son de hace mucho tiempo.
-Verificar la evidencia. Es decir, verificar si existe la persona o fuente a la que acude la noticia.
-Consultar otra información. Esto es, ingresar a otros diarios, etc., para verificar si hay información del tema.
-Atender si la noticia tal vez sea una broma o un engaño.
El sitio confiar.telam.com.ar, por su lado, aporta algunas herramientas para evitar viralizar o compartir información falsa:
- Tomáte un minuto para pensar. No compartas la noticia inmediatamente.
- ¿La noticia te causó una reacción emocional grande? Desconfiá. Las noticias inventadas se hacen para causar grandes sorpresas o rechazos.
- ¿La noticia confirma alguna convicción que ya tenías? También es una técnica habitual de las noticias inventadas. Desarrollá el hábito de desconfiar e investigar.
- ¿La noticia está pidiendo que “creas” en ella o “muestra” por qué desconfiar? Cuando una noticia es cierta cita fuentes, documentos oficiales e incluye enlaces.
Con información de la conferencia "La posverdad es mentira. Un aporte conceptual sobre fake news y periodismo", brindada por el Dr. Leonardo Murolo en 2019 en la Universidad Nacional de Rosario.
Imagen de portada: Telam